domingo, 30 de junio de 2013

LOS MEJORES REYES MAGOS


Siento que he dejado ya atrás aquel miedo inmenso al futuro. Aquel miedo a la incerteza de lo que vendría a continuación, de lo que sucedería en mi vida y de lo que le sucedería a los que están a mi alrededor. A los que tanto amo.
 Esa etapa en la que dejas de ser una niña que cree que todo va a salir siempre bien porque mamá y papá lo saben todo y que, a su lado, nunca nada te va a pasar porque son tus protectores y ellos son.. son magos y hadas madrinas. Es algo mágico que todo niño y toda niña sienten y creen firmemente hasta que un buen día.... ¡PUM! se dan de bruces contra la realidad y algo en su interior les dice que eso no es así. Que te adoran y darían la vida por tí, pero no. Ellos no son invencibles y no pueden controlarlo todo para protegerte de todo y todos.
 Es ahí cuando el miedo, el temor y la mayor de las inseguridades se apoderan de ti. ¿Donde está esa seguridad y esa calma que yo sentía? ¿Que voy a hacer ahora? ¿Por qué me siento desprotegida a pesar de que nada haya cambiado en mi vida? Pero sí que ha cambiado. Todo ha dado un giro en tu interior. Estás empezando a crecer. Estás saliendo del nido para volar sola aunque todavía vivas en él. Lo peor es que ese temor no desaparece y sientes impotencia por no poder librarte de él.

 Hoy he despertado y me he dado cuenta de que ese temor ya se ha marchado de mi. Sigo creciendo, sí, pero lo hago ya sin ese temor a lo que pasará, sin ese miedo a verme sola y a necesitar esa protección porque soy pequeña y no entiendo la vida. Le he cerrado la puerta al miedo para entrar en el mundo adulto pisando fuerte y con ganas de aprender y aprobar la carrera más larga e importante de todas: LA VIDA.


 También hoy quiero decirle algo a mis protectores invencibles que no dejarán que nada malo me pase nunca. Esa palabra no es otra que GRACIAS por hacer de mí una persona honesta y honrada, sensible y con inquietudes y luchadora. Gracias por todo y gracias por comprenderme y estar a mi lado estos últimos años de miedos e inseguridades por pensar que no sabría conducir mi vida. Ahora se que cuando llegue el momento de emprender el vuelo del nido que juntos construisteis, cuando llegue ese momento aunque tarde muchos años, el miedo y el temor no irán en mi equipaje. En mi equipaje llevaré la ilusión y la fuerza para que nadie me haga perder altura en ese vuelo y siempre, siempre, en mi equipaje iréis vosotros dos. Vosotros, esos padres magníficos que continuarán el camino llamado VIDA junto a mi. De eso, no tengáis la más mínima duda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario